El desierto de los tártaros. Dino Buzzati.

 

Esta novela de Dino Buzzati es la que tenía que ser y no fue, al menos de momento, en el club de lectura. La comencé en la Casa del libro mientras mi hija homenajeaba al puto consumismo esta vez navideño, me enganchó y me la autoregalé. Recomendada por el amigo Joan Antoni, entendido lector, me ha parecido una extraña pena próxima a la felicidad, como dice el narrador omnisciente que siente Drogo, militar protagonista, quien se habitúa a la ridícula vida militar en una fortaleza al lado de un desierto. 

Como corro el riesgo de que no me lea nadie, tan sólo vomitaré alguna frase del libro como costumbre habitual, procurando tengan enjundia y sin pisotear su lectura, la cual recomiendo. Si queréis una gran crónica os dejo esta de Gww Wonder:

 

http://confiesoqueheleido.blogspot.com.es/2010/02/el-desierto-de-los-tartaros-dino.html

¿Por qué Drogo sentía deseos de silbar un poco, de beber vino, de salir al aire? ¿Quizá para demostrarse a sí mismo que era verdaderamente libre y estaba tranquilo? página 68 ALIANZA EDITORIAL.

Páginas 85-86 anáfora elocuente, explicativa : En hábito..., hábito... hábitos...

Creemos que a nuestro alrededor hay criaturas semejantes a nosotros y en cambio no hay sino hielo, piedras que hablan una lengua extranjera... pág.91 

Un sueño... capítulo11; noche memorable, capítulo 13 

Un velo de calígine se extendía lentamente por el cielo, subrepticio y uniforme. pág.145, capítulo 15 relacionado con el sueño.

Aquí arriba uno está un poco en el exilio, es preciso encontrar una especie de desahogo, es preciso esperar algo. pág.198

El tiempo corría... pág 221 el tiempo soplaba... pág 233

Del final no pongo nada, aunque esté plagado de grandes fragmentos. Esto es una pincelada i avant.