- Calla…
tú también… calla…
Tinc una barraqueta que no té
trespol, que no té trespol, que no té
trespoooooool Así,
alargando la o final, y más fuerte, que no se os oye. Parece que no hayáis
comido. - Vociferaba el maestro de música a sus pupilos en una mezcla de enfado
y satisfacción. La creatividad no cabía
en el canto, tampoco era un principio pedagógico muy potenciado en la
época. A los niños en general les agradaba la clase de Don Miguel, siempre que
no fuera teoría, claro, la música en China o en el Renacimiento español no les
emocionaba y Luigi Rossi, Carissini i Alessandro Scarlatti tenían más nombre de
delanteros goleadores que de cultivadores virtuosos de cantatas. Los silencios
eran distintos que en otras asignaturas, aquí cobraban sentido junto a las
notas blancas y las negras; había de varios tipos, como los compases, como los
movimientos, como la audición de discos de música (clásica por descontado) con
la que D. Miguel les obsequiaba si se portaban bien. La primavera y el otoño de
Vivaldi eran chulos, así como la Sinfonía de los juguetes de Mozart o el
Concierto de Branderburgo de Bach. Para casa quedaba escuchar la cinta del Bang
Bang con los éxitos del momento, el grupo ABBA, el September de la Vuelta
Ciclista…
- -
El
Madrigal es uno de los puntos vitales de la música del Renacimiento y es el
símbolo máximo de la música profana. Nació en la época del Ars Nova… -dicta a
buena velocidad D. Miguel.
-
El
Madrigal es el campo de fútbol del Villarreal – susurra José Vicente al
compañero Javier separado por el pasillo entre pupitres.
- Yo
he estado con mi abuelo, me llevó a un partido hace tiempo, sólo recuerdo que
es un campo muy pequeño. Creo que iba de rojo y pantalón azul…
-
¡No
animal! Sólo has adivinado el pantalón, ¡la camiseta es amarilla, como el Las
Palmas!
-
¡Silencio!
Martínez y Bausá, ¿qué acabo de decir?
-
Que
el Madrigal no llegará a su perfección hasta el pleno Renacimiento… responde
dubitativo el primero.
-
¡Señor
mío! Eso era el principio del párrafo, lo he explicado (dictado más bien, pensó
el niño) hace media hora. A ver tu libreta…
-
No,
no, ya sigo…
-
Enséñame
la libreta he dicho. Muy bonito, un dibujo, un escudo de fútbol debe ser… ¿y
este otro?
-
Mmmm…
nada… un…
-
Es
un sorro justisiero, Don Miguel –
apunta Luís desde el fondo, embutido entre abrigos y las perchas en serie.
La risotada a modo de sonata no fue Moderatto, más bien
Allegro y la reacción del profe, Grave:
-
A
ti nadie te ha dado vela, Grande... ¡cállate! - Volviéndose hacia Martínez de
nuevo - Pues los inmensos ojos de tu artístico sorro van a ser vistos por los
ojos del director, ya verás qué divertido. Mejor no, dile a tu padre que quiero
hablar directamente con él.
El premio ese día fue individual y en forma de diálogo
parental.
El castigo fue al día siguiente y en forma de arresto
domiciliario.Juanjo Agost (Fragment d´unes històries...)
Forma parte de relatos y escritos que de momento están a refugio en mi ordenador...
Aunque los nombres son inventados, algunos reconocerán situación en lugar y espacio...
Per descomptat la llibreta és meua, el valencià és lamentable, cal dir que el mestre era salmantí i ha plogut molt.
Tinc una barraqueta que no té trespol,
que no té trespol, que no té trespol.
Per la matinadeta ja li pega el sol,
ja li pega el sol, ja li pega el sol.
Trulla que trullara que trullarà.
I com és xicoteta no paga lloguer,
no paga lloguer, no paga lloguer,
perqué era dels meus pares i és pels meus xiquets, és pels meus xiquets, és pel meus xiquets.
Dins jo tinc un armari molt ben arreglat,
molt ben arreglat, molt ben arreglat,
amb tres culleres velles i un plat foradat,
i un plat foradat i un plat foradat.
Tinc un canteret d'aigua i tres botes de vi,
tres botes de vi, tres botes de vi
i un setrillet que és d'alló més fi,
que és dallò més fi, que és dallò més fi.
Trulla que trullarà que trullarà que trullarà.
Madre mía como si fuera chino, buff
ResponElimina¿La letra de la barraqueta auténtica? ¿la copia infantil? espero el texto se entienda al menos... ¡saludos musicales!
EliminaJo, que recuerdos. D. Miguel hacía lo que podía con lo que tenía en clase, que no era todo bueno. Yo soy del grupo de los "tu calla" en los dos primeros cursos (6º y 7º) y de los que no tuvo opción a intentarlo en 8º porque directamente me prohibió cantar sin oírme. El trauma que arrastro desde entonces por no poder cantar (me entra fiebre si lo intento) se compensa con mi devoción a la música, de la que él es el culpable.
ResponEliminaDe la canción no me acuerdo, posiblemente porque como no me dejó cantarla la he olvidado, bien por falta de interés o bien como consecuencia del trauma infantil (tendré que ir a un psicoanalista). Al oírla en el vídeo me quiere sonar la primera estrofa pero no estoy seguro.
Por cierto, que cuando acaba el vídeo me sale el siguiente que tiene una pinta bastante más entretenida, con unas japonesas "espatarrás" encima de una mesa y con un pixelado muy inconveniente. No sé si estará personalizado con las cookies (cuestión preocupante), pero dejo el rollo y me voy a verlo.
Hasta otra.
Tú eres un bajo (de voz) musical incomprendido, ja,ja. "D. Miquel" como dices nos familiarizó con la música, sus audiciones fueron muy adecuadas. Recuerdo la Sinfonía de los juguetes, las estaciones de Vivaldi... muy aduadas para aquella clientela.
EliminaNo sé como no te acuerdas, ¡eso queda grabado a fuego! como me recuerda privadamente L.R., otro que estaba por ahí, estamos hablando del curso 78-79 !! me alegro de haberte traído recuerdos.
Don Miguel en realidad fue Don (siempre) B.B. no King pero sí el rey de la música en el colegio Obispo Climent, "cuando ya te abandoneeeee..." Ese himno lo sabemos todos, incluso algunos que no fueron al cole ( a ese en concreto) como el "desaparecido" y peligroso "valencianet", seguidor de este blog. ¡Saludos a todos!
Vigila tu ordenador, a mí me sale más música, el grupo valenciano ALTALL y el virtuoso KNOPLER, será cuestión de intereses, ja,ja.
"aduadas" es adecuadas y ALTALL es AL TALL. ;-)
EliminaTODO ESTÁ LIGADO, otro ilustre DON nos enseñó la canción del TIO CANYA en aquella época.