Aquest capítol és el més subratllat per mi amb diferència. Ho he fet a l´estil policromat de Vicent Usó. Constitueix un reflexe de la novel.la sencera: sugestiva, rica, ambigua i tants qualificatius més...
Los vientos siguieron soplando todos esos días. Esos vientos que habían traído las lluvias. La lluvia se había ido; pero el viento se quedó. Allá en los campos la milpa oreó sus hojas y se acostó sobre los surcos para defenderse del viento. De día era pasadero; retorcía las yedras y hacía crujir las tejas en los tejados; pero de noche gemía, gemía largamente. Pabellones de nubes pasaban en silencio por el cielo como si caminaran rozando la tierra.
Susana San Juan oye el golpe del viento contra la ventana cerrada. Está acostada con los brazos detrás de la cabeza pensando, oyendo los ruidos de la noche; cómo la noche va y viene arrastrada por el soplo del viento sin quietud. Luego el seco detenerse.
Han abierto la puerta. Una racha de aire apaga la lámpara. Ve la oscuridad y entonces deja de pensar. Siente pequeños susurros. En seguida oye el percutir de su corazón en palpitaciones desiguales. Al través de sus párpados cerrados entrevé la llama de la luz.
No abre los ojos. El cabello está derramado sobre su cara. La luz enciende gotas de sudor en sus labios. Pregunta:
—¿Eres tú, padre?
—Soy tu padre, hija mía.
Entreabre los ojos. Mira como si cruzara sus cabellos una sombra sobre el techo, con la cabeza encima de su cara. Y la figura borrosa de aquí enfrente, detrás de la lluvia de sus pestañas. Una luz difusa; una luz en el lugar del corazón, en forma de corazón pequeño que palpita como llama parpadeante. “Se te está muriendo de pena el corazón —piensa—. Ya sé que vienes a contarme que murió Florencio; pero eso ya lo sé. No te aflijas por los demás; no te apures por mí. Yo tengo guardado mi dolor en un lugar seguro. No dejes que se te apague el corazón.”
Enderezó el cuerpo y lo arrastró hasta donde estaba el padre Rentería.
—¡Déjame consolarte con mi desconsuelo! —dijo, protegiendo la llama de la vela con sus manos.
El padre Rentería la dejó acercarse a él; la miró cercar con sus manos la vela encendida y luego juntar su cara al pabilo inflamado, hasta que el olor a carne chamuscada lo obligó a sacudirla, apagándola de un soplo.
Entonces volvió la oscuridad y ella corrió a refugiarse debajo de sus sábanas.
El padre Rentería le dijo:
—He venido a confortarte, hija.
—Entonces adiós, padre —contestó ella—. No vuelvas. No te necesito.
Y oyó cuando se alejaban los pasos que siempre dejaban una sensación de frío, de temblor y miedo.
—¿Para qué vienes a verme, si estás muerto?
El padre Rentería cerró la puerta y salió al aire de la noche.
El viento seguía soplando.
Los vientos siguieron soplando todos esos días. Esos vientos que habían traído las lluvias. La lluvia se había ido; pero el viento se quedó. Allá en los campos la milpa oreó sus hojas y se acostó sobre los surcos para defenderse del viento. De día era pasadero; retorcía las yedras y hacía crujir las tejas en los tejados; pero de noche gemía, gemía largamente. Pabellones de nubes pasaban en silencio por el cielo como si caminaran rozando la tierra.
Susana San Juan oye el golpe del viento contra la ventana cerrada. Está acostada con los brazos detrás de la cabeza pensando, oyendo los ruidos de la noche; cómo la noche va y viene arrastrada por el soplo del viento sin quietud. Luego el seco detenerse.
Han abierto la puerta. Una racha de aire apaga la lámpara. Ve la oscuridad y entonces deja de pensar. Siente pequeños susurros. En seguida oye el percutir de su corazón en palpitaciones desiguales. Al través de sus párpados cerrados entrevé la llama de la luz.
No abre los ojos. El cabello está derramado sobre su cara. La luz enciende gotas de sudor en sus labios. Pregunta:
—¿Eres tú, padre?
—Soy tu padre, hija mía.
Entreabre los ojos. Mira como si cruzara sus cabellos una sombra sobre el techo, con la cabeza encima de su cara. Y la figura borrosa de aquí enfrente, detrás de la lluvia de sus pestañas. Una luz difusa; una luz en el lugar del corazón, en forma de corazón pequeño que palpita como llama parpadeante. “Se te está muriendo de pena el corazón —piensa—. Ya sé que vienes a contarme que murió Florencio; pero eso ya lo sé. No te aflijas por los demás; no te apures por mí. Yo tengo guardado mi dolor en un lugar seguro. No dejes que se te apague el corazón.”
Enderezó el cuerpo y lo arrastró hasta donde estaba el padre Rentería.
—¡Déjame consolarte con mi desconsuelo! —dijo, protegiendo la llama de la vela con sus manos.
El padre Rentería la dejó acercarse a él; la miró cercar con sus manos la vela encendida y luego juntar su cara al pabilo inflamado, hasta que el olor a carne chamuscada lo obligó a sacudirla, apagándola de un soplo.
Entonces volvió la oscuridad y ella corrió a refugiarse debajo de sus sábanas.
El padre Rentería le dijo:
—He venido a confortarte, hija.
—Entonces adiós, padre —contestó ella—. No vuelvas. No te necesito.
Y oyó cuando se alejaban los pasos que siempre dejaban una sensación de frío, de temblor y miedo.
—¿Para qué vienes a verme, si estás muerto?
El padre Rentería cerró la puerta y salió al aire de la noche.
El viento seguía soplando.
PEDRO PÁRAMO de Juan Rulfo
(fragment 50)
(fragment 50)
Fa quatre anys:
http://hoanghoat.blogspot.com.es/2010/11/pedro-paramo-el-realisme-funebre-magic.html
Recordeu:
Dimecres 19-nov, Diputació, a les 20:00 h. lliurament del 15é Premi de Narrativa Breu "Josep Pascual Tirado" a l´amic Ximo Ramos.
No sé si deixaran entrar a Atunero i als bous que puguen anar.
http://hoanghoat.blogspot.com.es/2014/10/un-altre-premi-per-ximo.html
Recordeu:
Dimecres 19-nov, Diputació, a les 20:00 h. lliurament del 15é Premi de Narrativa Breu "Josep Pascual Tirado" a l´amic Ximo Ramos.
No sé si deixaran entrar a Atunero i als bous que puguen anar.
http://hoanghoat.blogspot.com.es/2014/10/un-altre-premi-per-ximo.html
No he llegit res de Rulfo. Enhorabona per al Bou Atunero.
ResponEliminaDoncs t´ho aconselle Xavi. És un exercici per als aficionats a l´escriptura com nosaltres i de lectura també perquè tens que fixar-te per pillar-ho tot, entre altres moltes raons.
EliminaMuuuuu, je,je.
Allí ens veurem !
ResponEliminaSegur ! estic expectant per si asome Atunero en el discurs i pegue alguna cornaeta diguem cultural, no estaria malament... FINS DIMECRES !
EliminaSí es albinegre porque dicen por ahí que un MEXICANO quiere comprar el CDCS, ja,ja y JUAN RULFO es de este país. Me voy a la Asamblea de SENTIMIENTO ALBINEGRO, allí me pueden dar luz entre tanto mequetrefe que hay en este Comala en que HAN convertido nuestro histórico Club Deportivo.
ResponElimina"Vi pasar las carretas. Los bueyes moviéndose despacio. El crujir de las piedras bajo las ruedas. Los hombres como si vinieran dormidos."
ResponEliminaQuan vaig arribar al final del llibre, vaig tenir la impresió que m'havia deixat moltes coses pel camí. Vaig tornar a llegir-lo, amb més calma i posant una mica més d'atenció. Vaig flipar i des de llavors el tinc en un pedestal.
Salutacions
En això estic. Ja m´ho va dir Joan Antoni, n´hi ha que rellegir-lo i em passe com a tu, descobriments i pedestal conseqüent. Rulfo va a lo fonamental però no sense deixar-se res pel camí.
EliminaGràcies i salutacions, Cantona !!
En Pedro Páramo confluyen la realidad y la ficción, la mexicanidad y la universalidad, la brevedad y la intensidad. A través de Comala, Rulfo presenta un mundo dominado por la culpa, el odio y la venganza, que puede situarse en cualquier lugar precisamente porque no está en ninguna parte, y porque puede estar en cualquier parte.
Eliminahttp://www.pedroparamo.org/conclusion/